¿El Feng Shui está probado científicamente?
Esta es una pregunta que muchas personas se hacen, y es completamente válida.
La respuesta corta es: no en términos de ciencia occidental tradicional. El Feng Shui no es una ciencia exacta como la física o la biología. Es una disciplina milenaria china, basada en la observación de la naturaleza, los ciclos del tiempo y cómo el entorno influye en nuestra energía vital (Chi).
En la cultura oriental, el conocimiento no siempre se valida con el método científico. Se valida con la experiencia acumulada durante siglos. El Feng Shui se ha transmitido y perfeccionado generación tras generación, observando cómo ciertos entornos favorecen o bloquean el bienestar, la salud y la prosperidad.
¿Eso significa que no funciona? No necesariamente. Muchas personas experimentan cambios positivos al aplicar correctamente los principios del Feng Shui Clásico: se sienten más tranquilas en su hogar, duermen mejor, tienen más claridad mental, mejoran sus relaciones o aumentan sus oportunidades laborales.
La ciencia occidental está empezando a estudiar cómo el entorno afecta nuestro bienestar (como la neuroarquitectura o la psicología ambiental), y en muchos aspectos coincide con lo que el Feng Shui ha dicho durante siglos.
¿Pero tiene esta filosofía algún tipo de base científica? O dicho de otro modo, ¿se puede medir de alguna forma el impacto que tiene seguir la filosofía Feng Shui en la vida de las personas? Eso mismo se han preguntado algunos investigadores, que alejándose las cuestiones más místicas como las «energías», la numerología o la astrología, tratan de encontrar otros razonamientos por los que las aplicaciones del Feng Shui en interiores, arquitectura o como filosofía vital podría repercutir en las personas.
«Los estudios acerca del feng shui son escasos, pobres en la metodología y, en general, de una calidad limitada, por lo que sus resultados son poco concluyentes». Así se lamenta un artículo de revisión publicado en 2023 en la revista Heliyon, de la editorial CellPress, tras investigar concienzudamente 4 bases de datos de artículos escritos en chino e inglés. Empleando el método científico, los investigadores trataron de encontrar estudios empíricos o cualitativos para desvelar si se trata únicamente de supersticiones o podría haber algo de ciencia detrás.
De los 8319 artículos que encontraron, únicamente 36 cumplían sus criterios de búsqueda. 34 consistían en encuestas poblacionales con valores numéricos, mientras que los dos restantes sí que tenían experimentos.
Ahora bien, las áreas del Feng Shui tratadas en dichos artículos eran demasiado dispares entre ellos como para poder llegar a ninguna conclusión clara. Por ejemplo, algunas de las encuestas trataban acerca del Feng Shui en la vida de las personas, otras de decoración de interiores y del ambiente, otras de construcción de edificios.
Los investigadores achacan esta falta de datos a que los conceptos filosóficos y los métodos de pensamiento chinos tradicionales no están tan influenciados por el conocimiento y no suelen seguir una metodología concreta de la que extraer conclusiones. Por ello, no se han realizado análisis rigurosos y comparables del Feng Shui con un sistema basado en la lógica que muestre de forma empírica sus resultados.
Con estos datos, no se puede concluir que el Feng Shui caiga dentro de la definición de superstición ni de ciencia, sino que está todavía en el yermo terreno del desconocimiento.
¿Se puede extraer alguna conclusión más?
Uno de los artículos más recientes, publicado después de la revisión, ha tratado de suplir esas carencias en un ambiente hospitalario a través de la práctica del Feng Shui. Para ello, contactaron con más de 500 personas que habían estado hospitalizadas recientemente y les enviaron 3 imágenes distintas. Una de ellas era una imagen de una habitación de hospital real; la segunda, de otra habitación con la misma decoración, la tercera era una habitación donde los 5 elementos están presentes.
Según pudieron analizar, la mayoría de personas sintieron unos menores niveles de ansiedad al observar la tercera habitación, la del feng shui. Con esto, hay un indicador que podría ayudar a hacer más llevadera la recuperación de los pacientes, y aumentar el optimismo y la vitalidad, dos características que están asociadas a una mejor salud. Ahora bien, con una mirada crítica al estudio, no se puede achacar que los resultados sean por el Feng Shui, sino que se trata de una habitación que presenta una decoración acogedora. Esto es, algo que también podría influir en el estado de ánimo del paciente.
Por tanto, sin una respuesta clara, de momento el feng shui se encuentra en un purgatorio científico del que en algún momento saldrá reforzado con datos válidos y robustos o se hundirá en el pozo de las supersticiones.
Espero y deseo que el Feng Shui que yo divulgo no "se hunda en el pozo de las supersticiones". Más allá de la cantidad de "expertos que aparecen en redes" y publicaciones que cumplen categóricamente con cualquier tipo de publicación sin ninguna base ni conocimiento concreto.
¿Qué puedo esperar si se cuestionan a profesionales de la medicina con años de estudios y profesión?
Es lógico que se cuestione un tema con tantas escuelas y creencias. Imaginaros lo que supone para los profesionales que llevamos años estudiando y practicando el Feng Shui cuando vemos y oímos determinados consejos/tips en nombre del Feng Shui.
Mientras tanto espero y deseo que un chi con ganas de seguir aprendiendo nos acompañe a tod@s
Fuente: National Geograic “ciencia”.
Imágenes: Pexels/con licencia