¿Y si todo sobre lo que se habla del Feng Shui fuese mentira?

Seguro que os habéis hecho esta pregunta muchas veces:

¿Y si esto del Feng Shui es mentira?

Puedo entenderlo!

Hablo mucho con tod@s vosotr@s y respondo a todas y cada una de vuestras preguntas. Es evidente que cuando hablas conmigo no hay nadie que se atreva  a preguntar algo así, pero yo si que lo hago. Si os parece lo desarrollo¡¡

Para los pragmátic@s, todo lo que no se pueda ver o tocar, no existe. La sola mención de la palabra “energía” provoca una  reacción de negación. Si además le añadimos términos como “Chi” o “Yin Yang”, la incredulidad aumenta de forma exponencial.

Y no les falta razón! Son muchas las supuestas magias, rituales esotéricos y todo tipo de ceremonial, más propio de vendedor de “crecepelo” que de un profesional que pretende ayudarnos.

Otro grupo de personas reticentes son los realistas y personas prácticas. Ellos siempre actúan y piensan de acuerdo a una realidad, siendo muy exigentes.

¿Qué motivo real hay para creer algo tan subjetivo como es el Feng Shui?

El Feng Shui no es  magia, ni esoterismo, ni muchísimo menos promete cosas imposibles. El Feng Shui no es, y esto es muy importante, un tema de FE. No es necesario “creer” en él, ni rendirle culto. El Feng Shui es una ciencia sometida a la interpretación subjetiva de cada autor o consultor. Cada uno de nosotros desarrollamos nuestras opiniones de acuerdo a una percepción particular y "determinada por la propia experiencia."

Pero..., pese a esto, ¿qué pasa si esta ciencia no funciona? Veamos:

Desde el punto de vista económico:

Una de las claves del Feng Shui (al menos el que yo practico) es hacer lo que se pueda con lo que se tenga. No se trata de hacer importantes inversiones en decoración, o la compra de elementos extrañisimos. Se trata de “equilibrar” los espacios con las claves del Feng Shui, que no son otras que limpieza y orden. En la mayoría de los casos, una reordenación de los elementos que tienes en casa es suficiente para mejora la percepción que tenemos de nuestro entorno más cercano.

Es cierto que hay casos en los que es necesario el asesoramiento de un profesional para reconducir un estado de ánimo, o potenciar un determinado aspecto y que, en estos casos, este asesoramiento tiene un coste (como el de cualquier otro profesional). El importe de este asesoramiento varía en función del profesional que te lo imparta.

Desde el punto de vista de los resultados:

Pensemos en cual es el motivo por el que decidimos utilizar el Feng Shui para mejorar nuestro entorno. Sin duda, es porque queremos mejorar las sensaciones que nos transmite nuestro entorno. Por lo tanto, si el Feng Shui nos aconseja, en primer lugar, “limpieza y orden”, ¿no es acaso un buen consejo?

Si además, nos propone la utilización de determinados colores y formas (que según el Feng Shui nos potencian en función de nuestro elemento), ¿aplicar estas recomendaciones nos puede perjudicar?

Está demostrado que la persona que inicia un cambio, tanto en su hogar como en cualquier aspecto de su vida, de forma voluntaria, recibe un estímulo motivador que le hace más feliz. Además, acometer un cambio en tu entorno permite replantear y ordenar aspectos que mejoran tu día a día.

En el peor de los casos, el resultado será un entorno más armónico, equilibrado, limpio y ordenado.

Como ves, vale la pena intentarlo.

Todo tiene un porqué, y el Feng Shui es la respuesta a muchas preguntas.

¡Qué un chi en movimiento te acompañe!